01 junio 2010

El viaje del idiota



Pueden buscar literatura más comercial con la que podrán disfrutar despues de plácidas tertulias entre vino y vino. Jugarán a ser espías del Vaticano o Científicos locos con intención de terminar de una vez por todas con este planeta.
Encontrarán, incluso, y por unas horas, un amor digno de dioses, o de cualquier otra cosa que se les ocurra y esté encerrada en las tapas de los libros que llenan los escaparates de cualquier ciudad y, al poco, no quedará más que un leve recuerdo del tiempo que ocuparon en digerir lo leído.

Pero lo cierto es que después de haber navegado "A Contracorriente" estos últimos años bajo la atenta mirada del más famoso de los capitanes marinos que jamás surcara los mares de nuestra época, convulsa y contradictoria; después de cientos de confidencias robadas al "Diario de un Cabrón Resentido" y de haber leído "Cuentos crueles para leer tumbado en la cama", por fin ha llegado el momento que todos en esta ciudad estábamos esperando.
y sé, con certeza, que nadie quedará defraudado.
Por fín Miguel Paz Cabanas, pluma audaz y mirada crítica en ristre, nos trae su "primera novela", El Viaje del Idiota, editada bajo la firma de El Baile del Sol.

NO es en la Biblioteca Azcárate, sino en el SALÓN DE ACTOS de la Fundación Sierra Pambley, en la C/ Dámaso Merino, entre el Gran Café y la Plaza de La Catedral, poco después del programa Espabila si vienes desde el Parque de el Cid, vamos en la esquina de la casa de Gamoneda

Y para abrir boca:

Santiago es un empleado de pompas fúnebres, separado, que a sus cuarenta años sólo tiene un coche con dos airbag y una familia que le considera un fracasado irrecuperable. A punto de pasar las vacaciones con su hija adolescente, el único aliciente que agita su vida tiene un carácter sobrenatural y tremebundo: su padre, que lleva un par de años muerto, ha empezado a chatearse con él por Internet. Con esa carga inusual como equipaje, iniciará un viaje donde todo lo que le va a ocurrir tendrá un aire surreal, pero también un ámbito grotesco o fatídico: su hija no tardará en separarse de él, para arrojarse en brazos de su familia política, siete cuñadas hijas de un dentista del opus dei, cuyo glamour y prosperidad no tienen nada que ver con las de su padre. Empeñado en recuperarla, apoyado por una hermana histérica que le revelará un secreto terrible, Santiago rodará por los escenarios de un macrofestival pop, acabará despedido de su trabajo y conocerá a personajes de dudosa catadura moral, como Pavesi, un gordo siniestro que ejerce de contable en un puticlub. El mundo de Santiago acabará trufado de encuentros risibles y peligrosos, pero también le permitirá entrar en contacto con dos mujeres que iluminarán su patética existencia. Mientras tanto, las “conversaciones” cibernéticas con su padre, irán adquiriendo un cariz cada vez más delirante y profundo, hasta convertirse en una especie de diálogo sobre las miserias de la naturaleza humana. Extraviado en un lugar que abomina, atestado de turistas adocenados, Santiago tratará de encontrar en su pasado algún rastro de dignidad, aunque simultáneamente, y casi sin advertirlo, acabará metiendo sus narices (que serán diana de puños ajenos) en un sórdido club, dedicado a robar incunables, traficar con pistolas y a la trata de blancas. En ese viaje lunático-existencial, narrado desde la melancolía y el sarcasmo más furibundo, Santiago acabará por encontrar un lugar que tal vez sólo exista en su imaginación y que, paradójicamente, le redimirá de tanta mediocridad y violencia: la playa de los suicidas.



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